El hecho de entrenar no solo hace maravillas con tu cuerpo sino que ayuda a tu cerebro a mantenerse fuerte y además, ejercita tu memoria. De hecho, la investigación sugiere que el ejercicio, de moderado a intenso puede ralentizar el envejecimiento del cerebro unos 10 años protegiendo la memoria y la capacidad de pensar.
Y¿cómo podemos conseguirlo? Mover el cuerpo exige mucho del cerebro. Desde el yoga ligero hasta el running moderado, el ejercicio activa una gran cantidad de neuronas que generan, captan y dan sentido a los mensajes repetidos y rápidos del sistema nervioso. Estas señales coordinan las contracciones musculares, la vista, el equilibrio y otros sistemas complejos del cuerpo.
Sin embargo, el movimiento físico no es la única manera en que podemos mantener nuestra mente en una buena forma. Debemos, de igual manera, prestar atención a otras cuestiones como la lectura, la meditación y el sueño. Esto, combinado con ejercicios corporales, te ayudará a crear un balance único entre mente y cuerpo. Por eso es importante que conozcas algunos ejercicios para entrenar la mente y a continuación te hablaremos de ellos.
Ejercicios para activar la mente
Lectura
La lectura es un ejercicio básico para aumentar la potencia cerebral y desarrollar el pensamiento cognitivo. Además, este tipo de práctica ayuda a relajar la mente y disminuir la tensión asociada con el exceso de estrés. Diferentes estudios han evidenciado, mediante el uso de imágenes de resonancia magnética, que, durante el periodo de lectura de una novela, la conectividad cerebral de los participantes aumentó en la parte del cerebro que responde a sensaciones físicas como el movimiento y el dolor.
Aprender otro idioma
Sin importar la edad que tengas, aprender otro idioma ayuda a trabajar regiones de la corteza cerebral que se asocian con el procesamiento acústico, la comprensión y también la articulación de las palabras. Además, potencia la capacidad de aprendizaje. Según distintas publicaciones, el bilingüismo puede contribuir a una mejor memoria, mejores habilidades visuales-espaciales y mayores niveles de creatividad. Nunca es tarde para aprender. Anímate a estudiar una nueva lengua y disfruta los beneficios de esta nueva aptitud.
Entrenar cuatro horas después de aprender
Investigaciones muestran que entrenar cuatro horas después de aprender algo nuevo te ayuda a retener la información aprendida a largo plazo. Sin embargo, no es lo mismo si el entrenamiento se hace inmediatamente después de aprender algo. Se cree que tiene algo que ver con la liberación de catecolaminas, que son sustancias químicas que mejoran la consolidación de la memoria, pero la razón exacta de esta retención de la memoria aún no se conoce con precisión.
Bailar
Además de ayudarte a perder peso, te mantiene flexible, disminuye el estrés y haces amigos, el baile es uno de los mejores entrenamientos para el cerebro. Desde el swing al Zumba, entrenamientos que incorporan una coordinación de ritmo y estrategia junto con el cardio, puedes aumentar tu memoria y prevenir la aparición de la demencia a medida que envejeces.
Esto es posible mediante la inversión de la pérdida de volumen en el hipocampo, la sección del cerebro que está a cargo de la memoria. Aprender pasos de baile es física y mentalmente exigente, por lo que los bailarines están constantemente maximizando las funciones del cerebro mediante la memorización y ejecución a través de pasos en las rutinas de baile.
Practicar deporte y actividades físicas
El ejercicio físico aeróbico, que involucra a la respiración, beneficia las capacidades cerebrales. Sobre todo, mejora aquellas basadas en la interacción entre el lóbulo frontal y el temporal medial. Influye en la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas. El beneficio del deporte en la cognición tiene una explicación fisiológica, y es que favorece la producción de agentes neurotróficos.
Las sustancias neurotróficas hacen que incremente la plasticidad sináptica, la neurogénesis y la vascularización del cerebro. Hace que se reduzca la pérdida del volumen cerebral en la vejez, especialmente en el hipocampo, involucrado en la memoria y el aprendizaje. Para que el ejercicio sea beneficioso es importante que se dé con cierta asiduidad, alrededor de unos treinta minutos al día.
Los ejercicios cardiovasculares se pueden adaptar a las capacidades de cada uno. Si se trata de una persona que nunca ha hecho ejercicio, puede empezar caminando a un buen ritmo o jugando a deportes divertidos como el pádel o la natación.
Potenciar la creatividad
Para mejorar nuestras capacidades cognitivas, no solo debemos realizar entrenamiento mental mediante ejercicios de cálculo, de flexibilidad mental, de memoria… también ayudan los ejercicios que se centran en dar rienda suelta a nuestra creatividad. Esto es muy importante y debes incluirlo en tus ejercicios para activar tu cerebro.
Realizar este tipo de actividades ayuda a inducir mayor flexibilidad mental y originalidad, asociándose con la activación de redes neuronales específicas. También se ha encontrado que la creatividad influye positivamente en la resiliencia y así hacer frente a las pérdidas y cambios que inevitablemente acompañan a la edad adulta.
La creatividad puede tener un impacto positivo a nivel cognitivo gracias a su influencia a otros niveles como la motivación, el aumento de las relaciones sociales o en componentes cognitivos. Cualquier tarea que proponga salir de la rutina e implique conocer nuevas personas tendrá un impacto en la calidad de vida de la personas, muy especialmente en la tercera edad.
Salir de la zona de confort
Consiste en no acomodarse, si no hacemos cosas nuevas que supongan un reto no ejercitamos la mente. Encontrar aficiones que supongan un reto intelectual como aprender a tocar un instrumento también es entrenamiento mental. Por ejemplo, si disfrutamos viendo series, comenzaríamos viéndolas en versión original con subtítulos en castellano. Una vez que lo seguimos sin problemas, ponemos subtítulos en inglés, hasta que seamos capaces de hacerlo sin ellos.
En definitiva, se trata de seguir aprendiendo durante toda la vida. Todos asumimos que los niños lo están haciendo diariamente, porque es lo que toca a su edad. Los niños, además, tienen mayor facilidad para aprender y la neuroplasticidad está en su punto álgido. Pero como se ha podido observar últimamente, nunca es tarde para aprender.